martes, 1 de octubre de 2019

Corrupción fraude y liderazgo.

por: Marco Muñoz
Psicólogo CAP

Liderar una cultura resistente al fraude y la corrupción va más allá de los eventos y las declaraciones. Implica estimular el compromiso personal y de la organización con valores como la integridad, la honradez y el juego limpio, pero sobre todo lograr que estos principios se expresen en comportamientos individuales concretos como la no utilización de la información o el poder que confiere un cargo para beneficio personal.

La integridad se manifiesta en las acciones, no se reduce a las declaraciones públicas de integridad que haga una organización. es la coherencia del comportamiento de los líderes y el buen ejemplo. De nada sirve una comunicación, promoviendo los valores, el compromiso y la integridad, si en la organización ocurren casos vergonzosos en donde empleados de confianza defraudan y es conocido por todos los abusos de algunos jefes utilizando su posición de autoridad.
La incoherencia entre la promesa de los líderes y lo que realmente sucede, se evidencia desde pequeños actos de corrupción como utilización inadecuada de material de oficina de la compañía para fines personales, hasta comportamientos francamente corruptos como el fraude o la solicitud de coimas para el otorgamiento de contratos.

Como sabemos hay personas y organizaciones en donde la pequeña corrupción es aceptada tácitamente y la gran corrupción se oculta, con el argumento de no desprestigiar la compañía ante los clientes y la sociedad pues “la ropa sucia se lava en casa”. Consideran, además, que es aceptable ofrecer sobornos o engañar a los clientes pues lo que importa es el resultado.
Una cultura anticorrupción se expresa en la pulcritud de los comportamientos, en la transparencia de los procesos especialmente en áreas sensibles como compras, selección y contratación, en donde no se tolere la corrupción, así sea grande o pequeña. Todas las actuaciones de los directivos y empleados con clientes, proveedores y autoridades deben demostrar en la práctica el compromiso ético.